17 de noviembre de 2007

"Era su piel que devoró a la Luna" por Daniel Alvarez

Tengo que decir que su piel es blanca y no es de esta tierra. Es una piel que se comió a la luna y por eso me gusta. Tampoco sus ojos son de este mundo. Son azules, son fríos. Son fríos y azules como piedras. Esas, que a veces se entierran junto a los faraones. Su pelo es blanco pero de un blanco que no lo es del todo y esto de ser algo, pero no serlo del todo también me gusta. Se que en mi deseo habita otra cosa. No es ni el pelo blanco ni los ojos azules. Tampoco es la luna que se comió su piel. Me alimento de letras para saber qué es, sin descubrirlo. Entonces pienso. Solo pienso. Pero no se si voy a saberlo porque pienso en palabras y, lo sospecho, las palabras son una trampa ineludible. A veces, casi con fe, me parece encontrar esa palabra Pero no. No la encuentro. La busco desde que nací. Miro su piel blanca. Muy blanca. Su pelo casi blanco. Miro los ojos de piedra que salieron de la tumba de un faraón, tal vez ahogado. Son todos misterios para mí, porque ninguno de ellos pronuncia esa palabra. Se algo de ella. Se que no la puedo inventar. Y que no existe. Solo por esto es que la busco. Mi destino es el de la flecha ya lanzada. Ineludible y certero. Será morir sin encontrarla

2 comentarios:

Anónimo dijo...

y supuestamente no escribias poesia para mi esto es mas poesia que otras cosas que he leido. Pero bueno no es cuestion de generos. Carga mas cosas

Santi

Alejandra dijo...

Genial. Me encantan tus textos. No te hagas el sota y llevá algo esta noche.